Estrategias de implementación en inversiones socialmente responsables (ISR)
Talvinen Näköala Pyynikiltä - Helmi Biese |
Tal y como vimos en la entrada “Criterios
ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG) e inversiones socialmente
responsables (ISR)”, las ISR son inversiones que utilizan criterios ASG a
la hora de invertir y desinvertir en activos. Ahora con esta entrada, pasamos a
ver qué distintas estrategias de implementación pueden utilizar las entidades
para que sus inversiones sean ISR.
Las distintas estrategias de implementación se pueden dividir en tres
tipos básicos: (i) de exclusión, referidas a normas que impiden invertir en
ciertos activos por su impacto negativo según los criterios ASG, (ii) de
selección responsable, referidas a normas que integran criterios ASG conjuntamente
con los financieros, y (iii) de activismo accionarial.
Las primeras estrategias que surgieron en las ISR fueron las incluidas
en las de exclusión, siendo estas las más sencillas. Estas
estrategias a su vez pueden dividirse ente: (a) exclusión por categoría y (b)
por cumplimiento con los criterios ASG.
El primero fue el primer sistema que surgió, referido a no invertir en
ciertos activos o sectores, por ser considerados de impacto negativo, ejemplos de
ello son: activos o sectores que emiten gases nocivos, activos armamentísticos,
etc. El segundo se refiere al funcionamiento de las empresas, es decir, en analizar si la empresa tiene criterios ASG para eliminar
o minorar su impacto negativo. En consecuencia, no se descarta un activo o
sector, pero si la empresa no aplica criterios conformes con los ASG (o los aplica insuficientemente), su
inversión queda descartada.
Las segundas estrategias, referidas a la forma de selección responsable,
se pueden dividir en tres clases: (a) best-in-class, (b) selección por
cuestiones de mejora en sostenibilidad (fondos temáticos) y (c) integración de
criterios ASG en los criterios financieros.
La forma de selección best-in-class consiste en seleccionar a las
empresas que dentro de un sector implementan mejor los criterios ASG. Por su
parte, la selección por cuestiones de mejora en sostenibilidad, centran su
análisis no tanto en los activos o forma de aplicar los criterios ASG, como en
invertir para contribuir en mejorar determinados retos ambientales, sociales o
de gobierno corporativo (por ejemplo, reducir las emisiones de CO2, reducir la
contaminación de los océanos, mejorar los servicios sanitarios en países en desarrollo,
etc.), por ello, los fondos que siguen este sistema se suelen denominar temáticos.
La tercera clase, referida a la integración de criterios ASG en el análisis
financiero, es quizá la estrategia más compleja, por cuanto consiste en que los
criterios ASG se cuantifiquen para que su impacto tenga un valor numérico que
modifique los cálculos financieros tradicionales con un nuevo resultado. Esta
integración da lugar a un nuevo concepto conocido como criterios FASG (financieros,
ambientales, sociales y de gobierno corporativo).
La tercera clase de estrategias es la referida al activismo del
inversor. Esta clase se puede dividir en (a) inversiones de impacto concreto y
(b) estrategias de transformación interna.
Las primeras, referidas a inversiones de impacto concreto, son
inversiones que junto a un retorno financiero mínimo buscan un impacto concreto
para mejorar alguno de los elementos que conforman los criterios ASG, como
podría ser, cambiar la fuente de energía de una compañía de no renovable a
renovable. Las segundas, referidas a estrategias de transformación interna, son
las que pretenden transformar la empresa a través del ejercicio de derechos de
voto y participaciones del inversor en la junta general, consejo de
administración y resto de órganos existentes, con el objetivo de conseguir una
compañía con mejores criterios ASG.
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