El Test de Howey y su relevancia en las criptomonedas - tokens

The Old Bridge - Theodore Robinson


El Test de Howey es una forma para determinar si en al prestación de un servicio se está dando lugar o no a un contrato de inversión, esta metodología surgió de una sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Esta sentencia resultó de interpretar la Securites Act de 1933 y la Securities Exchange Act de 1934, en el caso SEC v. Howey.

El caso trataba sobre una operación consistente en un leaseback, es decir, el propietario de una finca la vendía a un tercero y este tercero se lo alquilaba al mismo momento al vendedor, además, en este caso es importante tener en cuenta que los adquirentes eran inexpertos en el sector agrícola y con el leaseback los compradores se lo alquilaban al vendedor que seguía explotando la actividad agrícola de la finca. Actualmente es un tipo de operación inmobiliaria muy común, pero no en esas fechas. Además, habitualmente se arrienda de nuevo pero no con vinculación a una actividad empresarial, como en el Caso de la SEC vs Howey. Al analizar esta operación, el Tribunal Supremo tuvo que determinar si se trataba de un contrato de inversión o no.

Al realizarse esta operación, la SEC (organismo de control del mercado de valores de EEUU, equivalente a la CNMV española) entendió que la operación quedaba sujeta a su control, debiendo emitir las publicaciones pertinentes. El Tribunal Supremo se postuló a favor de la SEC y de su sentencia surgió el siguiente test para determinar si hay o no contrato de inversión.

Es contrato de inversión si:

1. Se produce una inversión económica,
2. Hay una pretensión del inversor de obtener un rendimiento económico,
3. La inversión se realiza en una empresa, y
4. El rendimiento proviene del trabajo de un tercero distinto al inversor.

En las criptomonedas y tokens, como ya vimos en la entrada “Financiación de empresas vía criptomonedas (ICO)”, la cuestión principal para identificar si se requiere control de la CNMV o no, reside en si las criptomonedas o tokens se adquieren para obtener un beneficio de la actividad de un tercero (básicamente la empresa emisora) o si dichos tokens darán derecho a adquirir un bien o servicio, sin que ello sea para obtener una ganancia patrimonial. Es decir, se debe adquirir para recibir el bien o servicio, no para revender el token más adelante a un precio más alto en un mercado secundario.

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