Aquí vende ser dogmático y extremista, hasta que le pongamos freno

El jove pagès - Joaquim Vayreda
Quienes están acostumbrados a leer, a menudo y de distintas fuentes, tienen muy en cuenta que actualmente se escribe mucha opinión desde posturas dogmáticas, radicales y simplistas; quienes no tengan tanto tiempo o interés en informarse lo tendrán menos en cuenta, pero seguro que lo perciben de alguna manera más o menos evidente. La duda que uno se puede plantear es si esas opiniones expresadas contundentemente y de forma generalizada responden a una voluntad premeditada de provocar para atraer la atención o del egocentrismo propio del ser humano, quizá incrementado por el aumento de la competencia en todas las facetas imaginables. Sin embargo, lo que más preocupa es la observación de este comportamiento en el periodismo y no me refiero con ello al enfrentamiento izquierda/derecha o independentismo/unionismo, sino a cualquier encuentro de posturas intelectuales, ya sean económicas, sociológicas, políticas, etc.

Siendo coherente con la opinión expresada aquí, tengo que remarcar que las afirmaciones presentadas no pretenden simplificar la realidad. Desde mi punto de vista la sociedad permite gran variedad de comportamientos, y lo que no debe confundir nadie es la generalización indebida por la generalización resultante de la deducción racional. Son muchos los que generalizan indebidamente, pero no por ello son también bastantes, aunque no tantos, los que son conscientes de los matices y deficiencias de sus propias opiniones y conocimiento.

De entre los muchos valores mancillados por multitud de periodistas, políticos y tertulianos que los utilizan sin haberles prestado atención teórica ni, más preocupante aún, práctica efectiva, se halla la humildad. Al respecto, es interesante remarcar que la humildad es un valor que puede ser entendido y puesto en valor si lo acompañamos de un buen conocimiento de la historia de la humanidad. Sin embargo, hoy en día la historia es una de las áreas del conocimiento que parecen estar más en declive a pesar de que, en realidad, es un pilar fundamental tanto para innovar como para conocer el presente y el futuro. En consecuencia, la humildad se ve perjudicada, junto con el debate constructivo y muchas otras prácticas y valores respetables.

Vale la pena decir que si me refiero a la historia no es para apoyarme en un concepto o prueba de forma gratuita, y debo decirlo expresamente por lo habitual que es esta práctica, sino por hechos reales, como: errores y matices comprobados de grandes científicos que han sido pioneros en su campo, declive de culturas centenarias y milenarias, cambio de valores centrales en la sociedad, implementación de medidas políticas ruinosas apoyadas por mayorías, etc. Entendiendo que estamos siempre avanzando y redefiniendo el conocimiento presente podemos ser críticos con nuestro propio conocimiento y opiniones; apartando o dejando en cuarentena, a su vez, las posturas dogmáticas y extremistas que intentan imponerse a la razón a base de simplificar y sobresaltar al lector u oyente.

Comentarios