El pilar fundamental en el que debe apoyarse un despacho con visión de futuro y calidad
Existen muchas
variables que afectan al éxito de un despacho de abogados, muchas de estas
variables se han destacado en este blog en numerosas ocasiones, como: “Recopilando
ideas sobre marketing jurídico ya publicadas en este blog” o “Esquema
vías de actuación en un despacho de abogados”. Sin embargo, hay un pilar
básico para mantener el éxito de forma permanente, el que en catalán se conoce
como “el pal de paller” que lo
sostiene todo.
Ese ”pal de paller” es la vocación por el
derecho, es decir, trabajar en esta profesión tan dura, más de lo que muchos se
pueden imaginar, consiguiendo sacar satisfacción personal por el trabajo bien
hecho y la búsqueda de la excelencia técnico-jurídica. El reto intelectual a
concluir como recompensa.
Arbres en flor - Joaquim Vayreda |
Del mismo modo que
ocurre en muchas otras profesiones, en el derecho la esfera teórica suele
alejarse mucho de la práctica, pero el interés por la esfera teórica es un
elemento esencial para mantener al abogado conectado y motivado a lo largo del
tiempo.
Es cierto que
muchos abogados y despachos aprovechan picos del mercado en ciertos nichos,
como se ha visto con las administraciones concursales o los litigios bancarios
por swaps y participaciones preferentes, entre otros. También es cierto que sin
vocación, pero con capacidad de sacrificio, muchos son capaces de mantenerse en
cuotas de facturación relevantes, pero esta vía está abocada al deterioro en el
medio/largo plazo.
Algunos despachos
desatienden la esfera teórica para centrarse en la practicidad más cruda,
pensando que de este modo se está apoyando la rentabilidad del negocio. De
hecho, este planteamiento no parece descabellado, pues los clientes desconocen
(en su gran mayoría) los aspectos técnico-jurídicos y las discusiones teóricas
de los juristas y sólo quieren y buscan resultados puramente prácticos. En
relación con este punto, la clave del equilibrio entre la esfera teórica y la
práctica se acomoda en saber enfocar el conocimiento teórico y las discusiones
doctrinales como elementos prácticos del servicio jurídico. Además, existe la
posibilidad de impregnar la prestación de servicios legales (esfera práctica)
con los conocimientos teóricos, dando lugar a una filosofía de despacho propia
y un valor añadido de carácter emocional. Apuntar, al lector escéptico, que el
neuromarketing ya ha dicho mucho
de esto y aún tiene mucho más por decir al respecto.
Algunos se
preguntarán cómo integrar conocimientos puramente doctrinales en la esfera práctica,
pero este no es el objeto de esta entrada. De todos modos, algunos ejemplos son:
conocer la interpretación defendida por algunos jueces, ya sea como profesores
universitarios o escritores (de artículos y/o libros), la tendencia en la interpretación
del derecho en ciertas materias con el paso del tiempo, el aumento de criticas
doctrinales en determinadas cuestiones jurídicas, las propuestas normativas de
instituciones y organismos internacionales, o los cambios normativos y
jurisprudenciales en países influyentes, entre muchos otros ejemplos posibles.