Taxonomía medioambiental extendida

Estes Park, Long's Peak - Albert Bierstadt


La Plataforma para las Finanzas Sostenibles (la Plataforma), ha publicado su informe final sobre la Taxonomía Extendida, esto es, la futura reforma de la Taxonomía medioambiental para extender su alcance y regular con mayor detalle las actividades de transición, entre otras mejoras. 

La nueva clasificación propuesta permitirá extender el alcance de la Taxonomía medioambiental. El informe final propone pasar a cuatro categorías (Box 1 a 4) en las que cabrían todas las actividades económicas. La regulación actual de la Taxonomía deja fuera de su alcance multitud de actividades, pero con esta reforma se solventará esta carencia. Esta propuesta de modificación se la denomina “Extended Framework”. Además, este Extended Framework no impide que las actividades puedan clasificarse también bajo el régimen pendiente de aprobación conocido como la Taxonomía social. De hecho, esta modificación de la Taxonomía medioambiental mejora la interoperabilidad entre regímenes, para identificar las actividades sostenibles. Sobre la Taxonomía social, se puede ver esta serie de entradas publicadas en este blog.

Las cuatro categorías mencionadas se refieren a: (1) actividades dañinas para el medioambiente, sin posibilidad de mejora, (2) actividades elegibles conforme a la actual Taxonomía medioambiental y sus Actos Delegados, (3) futuras actividades elegibles, esto es, las que no se incluyen en el régimen actual pero que podrán incluirse en futuros Actos Delegados, y (4) resto de actividades que puedan clasificarse como de bajo impacto, si bien, dentro de estas podrán haber actividades de bajo impacto positivo o negativo. Sin embargo, es importante no confundir las actividades de esta categoría 4 con las actividades intermedias de las categorías 2 y 3, en tanto estas últimas pueden tener un impacto positivo relevante, mientras que las de la categoría 4 no.

El informe destaca la necesidad de utilizar etiquetas y colores para facilitar la comprensión de la Taxonomía y, en este sentido, se descarta el uso del término actividades “brown” o “marrones”, que ha venido estando sobre la mesa desde el inicio de la Taxonomía. En su lugar, se propone un sistema similar a los semáforos, distinguiendo entre actividades “green” (verdes), “amber” (ambar, aunque también se habla de amarillo o naranja) y “red” (rojas).

Según en qué categoría (Box) se clasifiquen las actividades, su trato puede cambiar, aunque se les asigne el mismo color. Por ejemplo, una actividad roja en la categoría 1 “dañinas per se” solo pueden tender a desaparecer, en tanto no cabe en ellas transición hacía el amarillo o verde. En cambio, las actividades rojas de la categoría 2 y 3 pueden ser objeto de transición hacia el amarillo o verde.

Gracias a la distinción entre las cuatro categorías y los tres colores, la nueva Taxonomía extendida permitirá solventar las carencias del régimen binario actual, esto es, la distinción principal entre actividad “elegible” y “no elegible”, así como entre “alineada” y “no alineada” incluida en las actividades elegibles, el cual nos lleva a separar solo entre actividades alineadas o no alineadas. En particular, la Taxonomía extendida permitirá distinguir las actuales actividades no alineadas entre las de bajo impacto y las dañinas per se (rojas y amarillas), diferencia que a efectos prácticos y de comprensión sobre el estado de la sostenibilidad es muy relevante. Sin embargo, la Plataforma también destaca que esta categoría intermedia no debe ser calificada ni como positiva ni como negativa, para no generar confusión en el mercado y por ello la llama “amber performance”, evitando que pueda verse como más verde o más roja. Esta categoría juega un papel principal en relación con la transición a una economía más verde y a medida que pase el tiempo los criterios para ser actividad ambar serán cada vez más estrictos, hasta alcanzar un nivel equivalente a las actividades verdes.

El uso de cada uno de los colores se refiere, resumidamente, a las siguientes actividades:

- Green: Corresponde a actividades de contribución sustancial (Substantial Contribution), siendo actividades que cumplen con los umbrales de los criterios técnicos de selección (technical screening criteria “TSC”).

- Red: Corresponde a actividades de daño relevante (Significant Harm “SH”), siendo actividades que no cumplen con los criterios mínimos (los del DNSH o SH).

- Amber: Corresponde a actividades que no cumplen con los TSC pero si cumplen con los criterios para no ser consideradas SH.

La Plataforma destaca que no todas las actividades podrán ser divididas entre verde, ambar y rojo, de modo que algunas de ellas solo se dividirán en dos colores. Además, algunas actividades podrán no tener criterios cuantitativos, especialmente respecto de los criterios a utilizar para los umbrales del DNSH (o SH).

Valga decir que, por ahora, en la categoría roja per se encontramos únicamente a la generación de energía eléctrica empleando combustibles fósiles, pero se espera que vayan incorporándose otras actividades rojas sin posibilidad de transición. Estas actividades vendrán principalmente de los Actos Delegados que desarrollarán el resto de objetivos medioambientales (objetivos 3 a 6 de la Taxonomía medioambiental).

Finalmente, destacar que la Taxonomía extendida abre la posibilidad de reconocer la mejora en sostenibilidad de la zona ambar a la zona verde, mientras que con la Taxonomía actual solo se reconoce la mejora de no sostenible a sostenible (no alineada a alineada) y la mejora dentro de las actividades de contribución sustancial (de verde a verde, es decir, siendo ya alineada). La Plataforma propone que estas mejoras de la zona ambar puedan financiarse mediante bonos verdes u otros instrumentos similares, ampliando las transiciones financiables como verdes (o ambar, si no se quieren confundir con las verdes). Esta regulación podría generar un sistema financiero en tres niveles, los excluidos (rojo), los sujetos a un régimen intermedio (ambar) y los sujetos al régimen más favorable (verde). De este modo, las financiaciones verdes deberían tener los mejores términos financieros y fiscales y las ambar deberían tener un régimen menos favorable que estas, pero mejor que las rojas.

Sin duda, la propuesta de Taxonomía extendida es una mejora considerable al régimen actual, aunque también es un régimen aun más complejo, cuando los operadores y profesionales del sector están asimilando el ya complejo régimen actual.

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