¿Qué podría y debería hacer una Cataluña independiente?
Una Cataluña
separada de España es viable, como puede serlo cualquier otra Comunidad
Autónoma y como lo son Luxemburgo, Suiza, Austria, Suecia, Irlanda, Montenegro,
Kosovo, etc.
Uno de los
principales errores sería una independencia improvisada, puesto que el tiempo
de creación de las instituciones estatales y reequilibrio de las cuentas
públicas podría provocar un colapso desastroso que dejara a la ruina la
Administración pública catalana. Seguramente por esto se está hablando tanto
del proceso de transición nacional.
Una vez declarada
la independencia, tras haber hablado con todos los Estados Miembro de la UE,
las empresas catalanas deberían exportar más que nunca fuera de la península,
como pasó con el cava catalán pero a gran escala. Aún así, es de prever que tal
como ha pasado en otros sitios mucho más confrontados, el mercado catalán y
español sigan retroalimetándose en altos porcentajes.
Otras preguntas
abiertas ante una secesión catalana tratan el posible aumento del conflicto
vasco, si Cataluña abandona el Estado es de prever un aumento del
independentismo vasco. De hecho, en las próximas elecciones de esta comunidad es
de esperar que Bildu y PNV obtengan resultados históricos.
Tras una hipotética
independencia catalana se abre otra pregunta, que es la colaboración entre
valencianos y baleares para preservar la lengua en estos territorios, puesto
que un aumento del anticatalanismo en estas dos comunidades podría conllevar
una rotura en las pocas colaboraciones lingüísticas que permanecen activas.
Recordemos que el PP gobierna en estos dos sitios y está perjudicando más que
nunca el catalán/ valenciano en sus feudos.
En cuanto a las
posibilidades económicas de una Cataluña independiente destacan varias cosas.
En primer lugar es remarcable la mayor eficiencia organizativa que permite gobernar
un Estado pequeño. Estados relativamente comparables a Cataluña: Holanda,
Austria, Suiza, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Irlanda han demostrado que un territorio
como el resultante de una Cataluña-Estado puede ser competitivo.
Uno de los papeles
más relevantes del gobierno catalán durante los primeros años pasaría por la
promoción y ayuda a la internacionalización del nuevo Estado. Además, también
debería darse a conocer Cataluña como exportador de ciertos productos y
servicios, ya sean más o menos elaborados (cuanto más mejor). Es decir, aunque
el gobierno catalán dejase de tener un déficit de unos 20.000 millones de € esto no
significaría que la economía catalana funcionara automáticamente. Para el éxito
económico que tanto repiten los independentistas sería necesario que el resto
del mundo conociera el mercado catalán, ya sea por: las TIC, el turismo, los embutidos,
el cava, la industria farmacéutica, la medicina, la industria bioquímica, etc.
En definitiva, una
Cataluña independiente aumenta su capacidad inversora en manos de los políticos
y de la población si se reduce la preocupante presión fiscal existente, pero
este aumento de dinero en circulación debe ser gestionado debidamente. En caso
de gestionar correctamente todo este dinero podríamos estar ante una de las
economías más influyentes del mundo por número de habitantes y superficie, pero
el proceso de transición nacional es de una complejidad pocas veces vista en la
historia.
Sobre la gestión política de un Estado catalán también puede verse esta entrada.
Sobre la gestión política de un Estado catalán también puede verse esta entrada.
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