Ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización (Parte II): educación en emprendimiento
Continuando con la primera parte de
esta serie de entradassobre la Ley de Emprendedores, pasamos a ver el Titulo
preliminar de esta ley que verá la luz en poco tiempo.
Sobre el objeto
de la norma, no vale la pena entrar en cómo se define éste, pues es promover
la actividad emprendedora en todas sus facetas, aunque en realidad trata
muchos otros temas. El concepto de emprendedor
se define en el art. 3 como: “aquellas
personas, independientemente de su condición de persona física o jurídica, que
desarrollen una actividad económica empresarial o profesional, en los términos
establecidos en esta Ley”. Por lo tanto, para saber si una sociedad o
empresario individual es emprendedor a efectos de esta ley hay que mirar los
requisitos aplicables a cada caso.
En cuanto al ámbito de aplicación, la ley se refiere a todas
las actividades económicas y de internacionalización realizadas por los
emprendedores en el territorio español.
El primer capítulo
de la ley empieza por regular la educación
en materia de emprendimiento, aunque su contenido dependerá del desarrollo
que se haga a nivel estatal y comunitario, pues la ley sólo marca las
pautas generales. De hecho, la regulación establecida es muy parecida a la ya
existente en la normativa de Euskadi.
Las líneas de actuación en materia
educativa son tres: i) el
emprendimiento en la enseñanza primaria y secundaria, ii) el emprendimiento en la enseñanza
universitaria y iii) la formación
del profesorado en esta materia.
En la etapa de
educación primaria y secundaria se propone una educación que promueva el
trabajo en equipo, la creatividad, el sentido crítico, etc. Sin embargo,
esperemos que el desarrollo legal sepa diferenciar la etapa primaria de otras
como la formación profesional, donde el enfoque práctico debe coger mucho más
peso (elaboración de planes de negocio, trabajo en prácticas, etc). En cambio,
en la etapa universitaria ya se habla directamente de acercar a los estudiantes
al mundo empresarial, fomentando los proyectos empresariales y los encuentros
con emprendedores. De todos modos, hay que decir que estas actividades ya se
están haciendo, tanto por iniciativa de las propias universidades como de las
empresas privadas. Es decir, a efectos prácticos no parece que esto vaya a
suponer ningún tipo de innovación. Lo que sí podría dar resultados es la
educación en las etapas preuniversitarias, pues muchos emprendedores inician
sus actividades antes de empezar la universidad e, incluso, ni requieren de
estos estudios, como se pone en evidencia sobretodo en EEUU. Hay que recordar
que una práctica que se ha incrementado en los últimos años en EEUU es
conseguir ser admitido en una de las universidades de más prestigio para luego
dejarla y seguir con los proyectos personales.
Finalmente, la
última línea de actuación es la formación del profesorado. En esta materia se
dice que el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, colaborará con las CCAA
para realizar los programas de formación que sean necesarios.
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la tercera parte ir a este Link.